Conocemos bien a nuestros peludos, sabemos si son muy activos o no, si les gusta correr o si prefieren la comodidad de nuestro regazo, es por ello que cuando nos percatamos de algún cambio en su comportamiento es evidente y se convierte en una señal de alerta, como pasa cuando los vemos cojear sin ninguna razón aparente, así que en esta publicación te compartimos cuáles son algunas de las razones por las cuales lo hacen. Sigue leyendo para conocer más sobre la displasia, una posible causa.
Antes que nada, es conveniente que identifiquemos el tipo de cojera de la que se trata, por ejemplo, si es una que apareció repentinamente o si se ha ido dando de a poco, las primeras es común que se asocien a caídas, golpes, rotura de ligamento, incluso a problemas de cadera. Por otro lado, las segundas pueden ser indicios de artrosis, enfermedades degenerativas de las rodillas o tumores. Esta clasificación es solo un primer acercamiento al problema, ya que como en todo hay sus excepciones.
Otro factor que nos puede ayudar a identificar el problema de la cojera es si se da en las patas delanteras o traseras, ya que hay padecimientos que afectan directamente alguna de estas partes del cuerpo de nuestro peludo. Una enfermedad que puede ser común en algunas razas de perros y que se asocia a la cojera de las patas traseras es la displasia de cadera, que se caracteriza por ser un defecto congénito donde las articulaciones no se conectan bien, por lo tanto, generan dolor que se minimiza al cojear.
Como te comentamos, existen ciertas razas que están más predispuestas a padecer la displasia de cadera, como el pastor alemán, el labrador y golden retriever, así como el rottweiler, por lo que será prudente que estés atento a cualquier cambio en su forma de andar, por lo general, esta condición, si es que se desarrolla, se presente en el primer año de vida. En publicaciones pasadas hemos profundizado más en el tema de la displasia de cadera, para que conozcas más sobre su desarrollo y tratamiento.
Respecto a la cojera, otra de las razones por las que puede suceder es un esguince, tal cual nos pasa a nosotros, a veces por lo alocados que pueden ser nuestros peludos no miden consecuencias y alguna caída o un golpe muy fuerte puede provocar este tipo de lesiones, si eso sucede puedes aplicar compresas de agua fría o con hielo, pero recuerda antes acudir con un veterinario para que te indique todo el tratamiento completo.
En ocasiones la cojera se da porque nuestro peludo se ha clavado algún objeto extraño que no sea perceptible a simple vista, como una espina o pequeña piedra, para ello es importante que revises su patita y si notas algo, procures quitárselo y tal cual como cuando a nosotros nos pasa, limpia con alcohol o agua oxigenada y pronto estará mejor.
La cojera es una condición que va desde una simple espina clavada hasta una posible displasia, para disipar dudas observa a tu peludo y ve con el especialista.