Nuestros peludos amigos son la alegría del hogar, nos llenan de su cariño y compañía hasta en los momentos más difíciles, por eso cuando se enferman realmente nos entristece y preocupa, lamentablemente ninguno de ellos está exento de pasar por eso así que más vale que estemos informados para comprender mejor cualquier síntoma y tratamiento. Una de esas enfermedades que pueden asustarnos es la hepatitis canina, que es un virus que afecta específicamente a los perros y es altamente contagioso, por lo que parte de la prevención es alejar a nuestros peludos de otros canes que puedan estar infectados.
Es importante que identifiquemos los síntomas, como te lo hemos comentado en otras publicaciones, la detección oportuna puede hacer la diferencia para que el tratamiento realmente funcione y nuestra mascota pueda salir rápidamente de esto. Los síntomas de la hepatitis canina dependen del nivel de intensidad con que les afecte la enfermedad, por ejemplo, en la forma leve presentan solamente fiebre, ganglios linfáticos inflamados y en ocasiones puede padecer diarrea; cuando se trata de una forma más aguda nuestros pequeños amigos comienzan a presentar letargo constante, temperatura elevada, amigdalitis y enrojecimiento de las mucosas, conforme va avanzando el virus aparecen vómitos y diarrea, así como pérdida del apetito. En estos casos, aún más graves, el hígado se agranda y la palpación les genera dolor, los músculos se tensan y las mucosas se tornan amarillentas.
Ahora, esta enfermedad sí es curable, aunque uno de cada cinco peludos que llegan a la fase grave terminan muriendo, por ello la insistencia de que el tratamiento se administre lo más rápido posible. La hepatitis canina es un padecimiento que no se trata de manera directa, sino que se enfoca en paliar los efectos y síntomas, para ello el diagnóstico es fundamental, en cuanto percibas alguno de los signos es esencial que lo lleves inmediatamente a un veterinario especializado. Por lo general, lo que se receta son antibióticos para mantener a raya las infecciones secundarias que se puedan presentar, así como otros medicamentes que ataquen otros síntomas como los vómitos, la diarrea, los problemas de coagulación sanguínea o la insuficiencia hepática. Otra de las recomendaciones es un cambio de dieta especializada y la ingesta de antiinflamatorios para las molestias musculares. Como en cualquier enfermedad, se sugiere también que tu peludo guarde reposo y evite al máximo los esfuerzos físicos durante todo el tratamiento, ya que seguramente empezarás a notar mejoría, sin embargo, debes ser cauteloso y esperar a que el veterinario te confirme que ya está listo para continuar con su rutina.
La buena noticia es que la hepatitis canina se puede prevenir con la vacunación, así que no lo olvides, la primera dosis es cuando son cachorros y después se aplican refuerzos de manera anual. Nuestros peludos son muy valiosos, cuidémoslos, te sugerimos chequeos periódicos, eso también puede ayudar a detectar a tiempo esta y otras enfermedades, en Mr. Can podemos ayudarte con este y otros servicios para que tus pequeños amigos estén al cien.
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