Tasi era el nombre de la reina de la casa. Una hermosa French pooddle que según yo parecía más maltés porque siempre estaba greñuda como su dueña. O sea yo. La verdad es que nunca tuve una emergencia veterinaria pero siempre buscaba el pretexto para acudir porque en ese entonces era un médico joven y guapísimo. Qué tontería buscar pretextos en lugar de evitar un drama real.
Después de ser la reina por como 13 años, llegó una nueva integrante a la familia, una Ganadero australiano roja bellísima e inquieta como ella sola, Lisa María. Al principio todo era perfecto. Jugaban. O no. Pero convivían.
Hasta que Lisa tuvo su primer periodo y entonces todo se volvió un desastre, Tasi ya con 14 años era vieja y aunque muy sana, algo huraña debido a su edad más su propia personalidad.
Entonces Lisa atacaba a matar a Tasi y claro que se defendía. Pero ubiquemos, Tasi chica y Lisa mediana joven y fuerte.
Tomamos precaución.
Esterilizamos a Lisa, pero no funcionó, el tema ya era territorial. Las teníamos en espacios separados. No podían verse ni en pintura.
Pero había ocasiones en que ocurrían accidentes y terminaban en el mismo espacio vital tan sagrado tanto para una como la otra.
Nos dimos cuenta.
Tensión en el ambiente.
Silencio profundo… nadie se movía para no prender la chispa.
Aún no se ven.
Fue inevitable.
Ruido infernal, gritos. Gruñidos y ladridos de perro pero chillidos de todos. Sangre por todos lados ¡uff!
Logramos separarlas y la cosa estaba grave, Lisa había hecho un buen hoyo en el cuello que terminó desgarrando la pata por nosotros querer separarlas.
La emergencia veterinaria era evidente, teníamos que correr y así fue.
Pero quiero decirte que esto fue muy escandaloso en todas las formas posibles. No tuve necesidad de investigar o adivinar lo que le ocurría para saber si era una emergencia o no.
Pero, ¿te has puesto a pensar si sabrías cuándo tienes una emergencia veterinaria con tu mascota si no es un caso así de evidente?
¿Cómo podremos saber si ellos no hablan, no señalan y no actúan? Y si el problema es en piel, será algo complicado darnos cuenta. Me parece que es nuestra responsabilidad como dueños estar alerta de alguna emergencia con tu mascota para poder atenderlo de manera oportuna.
Aquí te presento un top de las emergencias veterinarias más recurrentes atendidas por Mr. Can en Puerto Vallarta:
- Traumatismo por vehículo automotor (atropellamiento)
- Mordedura por congénere (mordida por otro de su misma especie)
- Envenenamiento
- Golpes de calor
- Reacción anafiláctica (reacción alérgica a picadura de algún insecto, medicamento, comida o incluso por contacto)
Los animales son muy fáciles de leer también, sólo conociendo perfectamente a tu mascota es que lograrás detectar a tiempo que es momento de llevarlo al médico veterinario. Desvanecimiento, dificultad al respirar, se aíslan, no corren, no comen, no mueven la cola. O bien se ven deformes, quizá movimientos involuntarios. Aunque ellos no tengan la misma capacidad de comunicación que nosotros, sí que saben comunicarlo, pero está en nuestra cancha recibir el mensaje.